martes, 21 de abril de 2009

La Autopista Bicentenario, un reto para el desarrollo de Cali

ÁLVAREZ, María Claudia, BARNEY, Jorge Enrique. La Autopista Bicentenario, un reto para el desarrollo de Cali. Infraestructura & Desarrollo: Bogotá, 2009.


María Claudia Álvarez y Jorque Enrique Barney, fueron los encargados de analizar la actual situación vial caleña, y el impacto que la Avenida Bicentenario tendrá en la capital del Valle del Cauca. Álvarez, ingeniera civil de la Universidad del Valle, con especialización en Administración de Empresas, cuenta con una amplia experiencia en direccionamiento gremial y promoción de proyectos de desarrollo. Actualmente labora como Directora de seccional Occidente, cargo que ocupa desde septiembre de 2004. Por su parte, Barney, se desempeña como Secretario General Técnico CCI Occidente. Juntos, son los autores de “La Autopista Bicentenario, un reto para el desarrollo de Cali”, texto con el que pretenden mostrar y concientizar a los colombianos (más específicamente a los habitantes del Valle del Cauca), acerca de los beneficios y cambios en la ciudad que resultarían de la construcción de ésta importante vía.

La planeación de la malla vial caleña, no ha podido seguirle el paso al crecimiento acelerado que la capital del Valle del Cauca ha tenido durante las últimas cuatro décadas. La ubicación geográfica de Santiago de Cali (entre la cordillera occidental y el rio Cauca), han hecho “que la estructura de la ciudad se haya considerado de manera lineal en el sentido Norte – Sur”[1], es en este mismo sentido en que se comporta la vialidad. Aunque la ciudad cuenta con importantes vías como la Autopista Simón Bolívar, Avenida 3ra Norte, Avenida Colombia, la Calle 70, o corredores como la Carrera 100 y la calle 5, los cuales son base para la flujo vehicular, no son suficientes para transportar a toda la sociedad caleña, lo que resulta en fuertes trancones y congestiones en las horas pico. Las rutas existentes son muy pocas comparado con los 2.085.159 habitantes que tiene Cali. Es por esta razón, que las vías no alcanzan a brindar un óptimo servicio para el sinnúmero de vehículos particulares y de servicio público (taxis, buses, busetas), motos y bicicletas que transitan diariamente por la ciudad. De acuerdo a los expertos, los 21 Mega proyectos que el municipio contempla desarrollar y el Sistema Integrado de Trasporte Masivo de Pasajeros – MIO, abrirán las puertas a los que sería una malla vial con movimiento fluido, es decir, una reducción significativa en la congestión vehicular.

Aunque suene un poco optimista y casi un inalcansable, la disminución de los trancones en Cali, si es posible, y el MIO es una prueba material de ello. Se debe ser conscientes que para poder llevar a cabo todos estos proyectos se necesita de tiempo y dinero, por esto que hay ser pacientes pues un gran cambio como el que se tiene previsto para la malla vial caleña no sucede de un día para otro. Pero hay que resaltar que ser pacientes no significa no poder presionar por los demás cambios que necesita la infraestructura vial de la ciudad, pues los caleños también necesitan de los corredores para una buena movilización (como por ejemplo: la Avenida San Joaquín o la Avenida Cañasgordas, ambas ubicadas en el sur de Cali), pues son estos los que permiten un efectivo desplazamiento entre los barrios, y en muchas ocasiones son base para la actividad institucional y económica de la ciudad.


Las mejoras en la infraestructura vial de Cali serán de gran influencia en el campo social y económico de la ciudad. Los municipios vecinos a Cali como: Jamundí, Yumbo, Palmira y Candelaria, se están fortaleciendo cada vez más a nivel residencial, empresarial e industrial, lo cual motiva la movilidad hacia la ciudad. Fue gracias a este desarrollo, como en la Alcaldía de Cali en unión con la Gobernación del Valle del Cauca, nace el proyecto de la Autopista Bicentenario; autopista que pretende atravesar la ciudad en sentido Norte-Sur en tan solo 15 minutos. Esta mega obra de infraestructura, no solo mejorará las exportaciones a nivel nacional y más específicamente el ingreso de productos a la capital vallecaucana; sino que también permitirá el intercambio cultural, es decir, al hacer más rápido el viaje, la distancia entre Cali y los demás municipios se reducirá lo que motivará a las personas a viajar y conocer otros lugares. La Autopista Bicentenario serán una gran ventaja para los ciudadanos de Palmira, pues como vemos en la Universidad Icesi al igual que en muchas otras, la comunidad estudiantil está compuesta en un gran porcentaje por estudiantes de este municipio, los cuales en su mayoría viajan todos los días, ida y vuelta. Este viaje, no solo representa un gasto de gasolina (para los que tiene carro) y dinero sino un cansancio físico, pues vivir en Palmira implica tener que madrugar a las 4:00 am para poder llegar a clase de 6:45 am.

De llevarse a cabo este proyecto, el futuro de la infraestructural vial caleña empezaría con el pie derecho, pues la Autopista Bicentenario es sinónimo de avance, tecnología, rapidez y eficacia. Pero no todo es color de rosa, también hay que analizar que implicaciones tiene la construcción de esta trascendental avenida. Es importante tener en cuenta que solamente con “una buena estructuración del proyecto que incluya adecuados estudios y diseños, se logrará que la Autopista sea construida sin dilaciones y sobrecostos”[2].

“La Autopista Bicentenario, un reto para el desarrollo de Cali”, muestra como una buena inversión en la infraestructura vial de una ciudad puede influenciar en muchos aspectos el desarrollo de ésta, el ámbito social y económico son solo algunos ejemplos. María Claudia Álvarez y Jorque Enrique Barney, lograron plasmar en este escrito la importancia de los avances de la malla vial y los beneficios y resultados que trae consigo un proyecto de gran tamaño como lo es la Autopista Bicentenario. Se necesita que la planeación de la malla vial caleña avance a la par con el crecimiento desmesurado de la ciudad, para así lograr cambiar y/o mejorar la imagen de Cali a nivel nacional e internacional y de esta forma traer más turistas a la ciudad. Para la total comprensión de este texto, es necesario investigar un poco acerca de los 21 Mega proyectos y la importancia (para Cali) del crecimiento industrial de municipios como Palmira.

[1] ÁLVAREZ, María Claudia, BARNEY, Jorge Enrique. La Autopista Bicentenario, un reto para el desarrollo de Cali. Infraestructura & Desarrollo: Bogotá, 2009. Pág. 38

[2] ÁLVAREZ, María Claudia, BARNEY, Jorge Enrique. La Autopista Bicentenario, un reto para el desarrollo de Cali. Infraestructura & Desarrollo: Bogotá, 2009. Pág. 39

21 Megaobras. Cobro para todos ¿Beneficio para quién?

CORRALES, Jaime. 21 Megaobras. Cobro para todos ¿Beneficio para quién?. La Palabra: Cali (Univalle), 2009.


De este autor poco o nada se sabe. Aunque no es muy conocido para muchos caleños, si es muy importante en la comunidad estudiantil de Univalle; pues Jaime Corrales es famoso por sus críticas y opiniones plasmadas en La Palabra, periódico cultural publicado por la Facultad de Humanidades y Escuela de Estudios Literarios de la Universidad del Valle. En “21 Megaobras. Cobro para todos ¿Beneficio para quién?”, Corrales pretende mostrar a sus lectores como este mega proyecto vial fue creado sin tener en cuenta las necesidades y demandas de la población caleña, lo cual representa un abuso por parte de la actual Administración Municipal. De acuerdo a Corrales, el proyecto de valorización que fue aprobado por unanimidad por el Concejo de Cali, y que busca mejorar la movilidad de la ciudad y recuperarla de un atraso vial de más de 20 años, presenta “graves irregularidades y falencias, que no se pueden pasar por alto”[1].

Aunque se supone que este proyecto, 21 Megaobras, tiene como fin optimizar el desplazamiento de los ciudadanos por las calles de Cali, es muy poca la información que se ha dado al respecto. Tanto así, que la mayoría de los caleños no saben cuáles son las mejoras a realizar, cuanto se demorarán en terminarlas y sobretodo de donde saldrá el dinero para hacer tantas reformas en la infraestructura vial; vaya sorpresa que se llevarán cuando se enteren que las obras presupuestadas inicialmente en $800.000 millones, se cobrarán por “Contribución de Valorización por Beneficio General”, según lo estipuló el Concejo Municipal, contribución que se estima irían desde los $28.000 hasta los 270.000 mensuales, según el estrato. La falta de información, no ha permitido que los ciudadanos decidan o no si están de acuerdo con estos cambios, pues aunque el propósito es el de construir un mejor futuro para Cali, los cambios implementados no siempre son favorables para toda la comunidad. Al no tener información, las personas no pueden expresar su opinión, sino que están siendo sometidas a las decisiones tomadas solo por unos cuantos. Hasta donde tenía entendido y hasta la última vez que revise, Colombia era un Estado social democrático no una dictadura. Si las personas gozaran de toda la información con respecto éste megaproyecto, se darían cuenta que aunque el proyecto incluye obras de carácter social como las Ciudadelas Educativas, 3 parques y 2 plazoletas, éstas sólo representan el 17% de la inversión total. Además, los parques y plazas proyectados están, en su mayoría, en barrios de clase media alta, donde ya existen zonas verdes, salvo el longitudinal del Distrito de Aguablanca. Hay que resaltar que no se construirán parques en los barrios marginados ni de ladera, que es donde realmente se necesitan, para fomentar la recreación y desarrollo de los jóvenes de escasos recursos.


Todos los caleños deberán pagar cumplidamente la “Contribución de Valorización por Beneficio General”, aun si las obras a realizar no le traerán beneficios. Un ejemplo de lo antes dicho: ¿cómo es posible que los habitantes de Aguablanca terminen pagando por un parque en Granada, un cruce vial en el oeste o la entrada a Chipichape, siendo éstos lugares, sitios que no frecuentan y que además (como Chipichape) son de carácter privado? Las diferencias económicas no son las únicas que resaltan a la vista. El 83% del proyecto, se refiere a vías, puentes ampliaciones e intersecciones, es decir, todas estas reformas están dirigidas hacia la población caleña con carro. ¿Y qué pasa con los que no tienen?, ¿Con los que andan a pie?... tan solo un 0.75% (equivalente a un $6.100 millones) del presupuesto general será invertido para la construcción de andenes. Soy consciente que plantear una propuesta de desarrollo que beneficie a todos los distintos sectores de una ciudad, es una tarea casi imposible; pero lo que no logro entender y con lo que estoy 100% de acuerdo con el texto, es porque no le dieron tanta prioridad a los peatones y a los que no tienen otro medio de transporte más que su bicicleta. Al igual que los vehículos necesitan de una carretera en óptimas condiciones para poder circular libremente, las demás personas también lo necesitan. En Cali se carece de puentes y andenes para que la gente circule, y además, prima la ausencia de ciclorrutas.

Es una verdad absoluta que Cali debe mejorar su infraestructura vial para poder alcanzar un alto nivel de desarrollo, pero también es cierto que si se van a tomar decisiones que afecten a toda una comunidad, lo menos que se debe hacer es consultar con ésta, no como en el caso de 21 Megaobras donde la mayoría de las decisiones fueron tomadas por el Concejo Municipal como una especie de imposición. Al ser este un proyecto de interés general (como se argumenta para cobrar la valorización), se debería realizar más énfasis la creación de un ambiente sano, pensando en una ciudad en que las obras de desarrollo sean equitativas (ej.: personas con carros = personas a pie). “Una ciudad pensada para los niños, ancianos y jóvenes, ciclistas y peatones; una ciudad para la gente, con andenes dignos, ciclo rutas, mobiliario urbano, bibliotecas, centros culturales, parques y zonas verdes”[2], donde los caleños pueda disfrutar justamente de las ventajas que implica pagar la cuota de valorización. En “21 Megaobras. Cobro para todos ¿Beneficio para quién?”, Corrales logra mostrar a los lectores, las irregularidades con que cuenta este megaproyecto. Además, logra llegar a la ciudadanía, pues hace que las personas se identifiquen con varias de las situaciones propuestas, se concienticen de lo que está sucediendo y terminen decidiendo como van a actuar para hacer valer su opinión. Para lograr comprender en su totalidad este texto, es necesario que las personas investiguen acerca la cuales son las 21 megaobras, para así lograr entender las diferentes falacias y la inconformidad del autor, planteados en el anterior texto.



[1] http://lapalabra.univalle.edu.co/megaobras.html
[2] http://lapalabra.univalle.edu.co/megaobras.html